Después de contar que lo más fuerte que le tocó pasar
durante el rodaje fue ver dos chicas desnudas rodando por el piso y besándose,
Ashley Benson contó que ella y Vanessa Hudgens se pusieron a llorar en el
aeropuerto volviendo de Florida.
“Estábamos tan
cansadas que perdimos noción del tiempo mientras cenábamos y perdimos el vuelo
que nos llevaría de vuelta a casa. Después de pasar dos meses en Florida lo
único que queríamos era volver a casa. Nos tiramos al piso a llorar un rato y
después nos fuimos a tomar unos tragos. Fuimos al bar y tuvimos que esperar
hasta las 3 de la mañana por el vuelo siguiente”, contó para revista Complex.
Además, dijo que se sentía como la mamá de Selena Gomez y
que muchas veces durante el rodaje simplemente sentía ganas de “taparle los
ojos” para que no viera lo que estaba pasando.